Fístulas de líquido cefalorraquídeo
El líquido cefalorraquídeo, también llamado cerebroespinal, es un fluido transparente que baña el encéfalo y la médula espinal.
La fístula de líquido cefalorraquídeo consiste en una pérdida de dicho líquido a través de la nariz. Se debe a una comunicación patológica entre el espacio intracraneal y la cavidad nasal por lesión de la meninge y la estructura ósea de la base del cráneo.
Su origen puede ser traumático, quirúrgico (secundario a cirugía de base de cráneo o cirugía endoscópica nasal) , congénito o espontáneo.
Se manifiesta clínicamente por la pérdida de un líquido de apariencia similar al agua por la nariz, en la mayoría de los casos con predominancia de un lado. Ocurre especialmente con los cambios posturales o esfuerzos físicos.
El diagnóstico se alcanza mediante técnicas de imagen y por la determinación de beta 2 transferrina en la secreción sospechosa.
Es una situación de gran peligro, ya que con frecuencia estas fístulas son causa de meningitis por contaminación bacteriana a partir de las fosas nasales. En consecuencia, es imprescindible asegurar su reparación.
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La cirugía
El abordaje para el cierre quirúrgico de las fístulas de LCR se escoge en función de su localización y tamaño, y de la presencia o no de hernia del tejido encefálico hacia la fosa nasal. Ante la presencia de hernia encefálica se escoge un abordaje abierto a través de una craneotomía. Si las dimensiones de la fístula lo permiten, el cierre puede practicarse por abordaje endoscópico a través de la nariz, sellando la fístula con fascia lata (tejido aponeurótico del muslo), y con colgajos libres o vascularizados de los cornetes; también puede utilizarse grasa obtenida con la fascia lata.